Tanto que decirte, pero no se como explicar todo lo que me has enseñado, no de la mejor manera pero gracias a ti hoy soy quien soy, gracias a ti puedo decir que que he crecido inmensamente y que te considero una compañera de vida y no un enemigo como solía hacerlo.
La ansiedad y yo llevamos viviendo juntas 28 años, hoy puedo decir que toda la vida he sido ansiosa pero no sabia que eso era lo que tenía, y lo normalice. Hasta que un día después de un proceso con un “coach”, que me enseñó muchas cosas pero esa es una historia para otro día; decidí empezar eso que desde el primer semestre de psicología me decian tenia que hacer pero que no lo veía necesario, pues para mi yo estaba bien, estaba apunto de graduarme de mi primera carrera, tenía una relación amorosa muy tóxica pero otro dia les cuento, y me sentía bien, era exitosa en lo que en ese momento de mi vida me importaba.
Y fue así como llegué por primera vez a un consultorio de psicología, con un psicólogo al cual admiro mucho, donde aunque yo ya sabía cómo se iba a desenvolver esa primera consulta, los nervios eran reales, donde según la Alejandra de ese momento “no se porque estoy aquí pero siento que necesito estarlo”, pues esa fue la frase con la que inicie la consulta, sin saber muy bien porque estaba en ese lugar pero una parte de mi sentía que era lo correcto.
Yo creo que Pedro (mi psicólogo) ya tenía clarísimo cuál era mi diagnóstico (fue mi profesor de la universidad primero) pero me permitió expresarme y ser yo en cada cita, lo cual hizo que de cierta forma fuera más fácil esas conversaciones de una hora cada 15 días.
Creo que fue a los 6 meses de consulta,cuando por primera vez cuando entendí que la ansiedad era real, y tenía que tener un tratamiento mucho más serio del que le estaba dando desde mi parte. En una cita que para mi era normal, le estaba contando a mi psicólogo que llevaba días sin dormir bien y muy poquito, cuando Pedro me dijo: “Aleja te has dado cuenta lo rápido que estas hablando y que no te has quedado quieta?” ahí frene en seco lo que estaba diciendo y sentí las manos frías y sudorosas, me asuste mucho porque ya sabía lo que venía….Pedro me dijo, que si no organizaba el sueño y empezaba a hacer ejercicios de respiración y relajación, la mejor opción era la remisión a psiquiatría, y claramente pegue el grito y dije que no, que yo sola podía manejarlo y que yo no necesitaba ninguna remisión.
Los días pasaron, luego semanas y así llegaron los meses, y con el tiempo fui entendiendo que, esa presión en el pecho, ganas de vomitar, manos sudorosas y taquicardia no eran normales, y no tenia porque vivir con ellas 24/7; y que se debían a que mi mente estaba interpretando algunas situaciones o bueno casi todas las situaciones del día a día como algo peligroso y se ponía en modo alerta, literalmente mi cuerpo estaba preparado, por orden de mi mente, para esa situación que supuestamente ponía en peligro mi vida.
Déjenme decirles que esas sensaciones son muy agotadoras, tanto que después de un ataque de pánico, el cansancio es absurdo, quedas drenado de energía; ahora tener varios durante la semana, se estaba volviendo algo difícil de manejar, hasta que llegue al punto de no dormir por 20 días y ahí me tocó entrar al consultorio de Pedro pidiendo la remisión, ya que sola no estaba logrando manejarlo.
Fue en ese momento y gracias a que Pedro me explicó, que entendí que no era que había fracasado, solo que mi cerebro necesitaba una dosis mayor de serotonina (un neurotransmisor que está muy relacionado en el estado del ánimo) y que por más que yo quisiera no podía producirla. Entender eso me ayudó a aceptar con mayor facilidad el tratamiento farmacológico que iba a iniciar, mi cuerpo se acostumbró fácil a la medicación y fue en cuestión de 6 meses que ya sentía que la ansiedad no me controlaba.
Es muy importante aclararles que nunca deje de ir a terapia, de utilizar todas esas estrategias de relajación y respiración, que me enseñaron a controlar esos episodios de ansiedad, que aun siguen estando presentes en mi vida pero que ya no me controlan o me dañan el día. simplemente pasaron a ser un bache en el camino que se supera con facilidad. La ansiedad no es algo malo o anormal, es una reacción completamente normal del ser humano frente a una situación, lo que pasa es que algunos de nosotros la vivimos de una manera más intensa y agotadora que el resto y es por eso que desde mi experiencia les recomiendo iniciar un tratamiento para poder identificar qué es eso que les detona esos episodios, como manejar los síntomas que conlleva vivir con esta compañera de vida que no te va a desamparar pero que creanme es una excelente maestra de vida cuando tienes una relación saludable con ella.
No crean que porque ya la manejo relativamente bien ya no voy a terapia, al contrario creo que esos 5 años de terapia son los que me han permitido aprender las habilidades necesarias para manejar y aceptar a esta amiga tan preciada que tengo y que se llama ansiedad, pues ya comprendi que no se trata de eliminarla de mi vida, sino de convivir con ella, de llegar a acuerdos, de identificar que la detona y como puedo bajar su intensidad, como escucharla y calmarla para que no me limite a alcanzar mis sueños y objetivos.
Les hable de algunos ejercicios de respiración que me ayudaron en mi proceso y que aún lo hacen, por ejemplo soy super fan de los fidget toys, esos jueguitos para mantener los dedos ocupados, mi preferido los anillos, que por cierto terminó perdiendo muy a menudo porque no puedo dejar de jugar con ellos, pero es una técnica que uso mucho durante el dia y no siempre es porque esté en una crisis ansiosa sino porque me permiten mantener un grado de calma mientras hago cosas que me pueden generar ansiedad.
Les hice unas tarjetitas con algunas ideas y técnicas de que hacer cuando se sientan ansiosos, puedes imprimirlas o simplemente guardarlas como imagen en sus teléfonos para usarlas cuando más las necesiten. Espero les puedan ayudar tanto como a mi.
Recuerda la importancia de asistir a terapia, escríbeme y saquemos un espacio para hablar.
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